Perros agresivos: por qué ataca un perro

¿Por qué hay perros agresivos si, en términos generales, los perros suelen ser muy cariñosos, fieles y juguetones? ¿Por qué hay perros que llegan a manifestar signos de agresividad?

La agresión tiene relación con la intención de dañar a algo o alguien, aunque esta palabra también se puede referir a la relación que existe en el comportamiento de los perros.

Esto se debe a que utilizan las amenazas de agresión como una forma más simple de poder comunicarse y, en general, se trata de la manera más directa de agredir. 

Pero el ladrar o gruñir, aunque parezca quizás algo sin mucha relevancia o inofensivo en algunas situaciones, se logra convertir en una agresión más fuerte, como la mordida, la cual se debe evitar que ocurra. 

Perros agresivos: ¿cómo evitar que un perro ataque y muerda?

La educación de un perro debe comenzar a producirse desde temprana edad.

Esta es la gran regla de oro para los adoptantes y sus mascotas, debido a que permite que la personalidad adulta de su perro se desarrolle satisfactoriamente.  

Recordemos que, en la mayoría de los casos, la educación del perro es la que desencadena una gran variedad de situaciones agresivas y para que no ocurra, se recomienda lo siguiente. 

Recomendaciones para evitar educar perros agresivos

Una buena educación

Un perro necesita una educación similar al ser humano, por lo que se deben inculcarse reglas y límites que lo ayudarán a evitar posibles comportamientos no deseados en un futuro.  

Es importante que el perro no sea criado de manera muy estricta, pero sí que se le enfoque el mensaje correcto y de forma positiva, es decir, sin llegar, bajo ninguna circunstancia, al maltrato o a los gritos.

Para tener éxito, se requiere de paciencia y constancia. 

No al castigo

No es correcto que se aprueben las acciones si estas no son las adecuadas, pero el castigo y las acciones físicas son totalmente contraproducentes.

Depende del adoptante poder inculcar una actitud que sea amable y cariñosa en su mejor amigo peludo.

Más atención

En su mayoría, los problemas de los perros se deben a ocasiones donde buscan expresar sus sentimientos de mil maneras, pero no tienen éxito con su adoptante, debido a que no pueden entenderlos.

Es en ese momento donde comienza la etapa de juzgar consecutivamente, cuando lo que necesitan es de atención.

Por ello es común que manifiesten escenas que se acompañan de gruñidos y otras señales previas al ataque. 

Tener límites

Aunque el perro puede tener una buena y equilibrada crianza desde muy pequeño, es casi imposible poder hacerles entender que deben controlar su fuerza durante los juegos.

Seguramente lo hacen por demostrar cariño o simplemente sin querer, más aún cuando se tratan de cachorros.

Al ser tan pequeños, no tienen la capacidad de entender sus límites, algo muy similar a lo que ocurre con los niños.

Jugar 

Además de los límites y las reglas en los juegos, siempre es una buena opción compartir un tiempo agradable con tu perro.

En este punto es importante hacer énfasis en evitar juegos de perseguir, es decir, que el adoptante no juegue a ser perseguido por el perro, sobre todo, sin son razas terrier.

Lo mejor es usar juguetes aptos para mascotas que distraigan su atención perfectamente. 

Reaccionar siempre con calma

Si el perro ha mordido o gruñido, no debes gritarle ni perseguirle, pero tampoco lo confundas proporcionándole cariño o premios.

Debes hablarle con firmeza y calma, así el perro sabrá que ha hecho algo inadecuado. 

perros agresivos

No agobiarlo

Algunos perros tienen carácter solitario e independiente, por lo que no es común que acepten el afecto constantemente.

Tanto, que a muchos les llega a parecer algo demasiado molesto.

Ellos sabrán en qué momento demostrarán su cariño y la forma de hacerlo y el adoptante debe respetarlo.

Practicar ejercicio con regularidad

Para obtener mayores resultados positivos se recomienda compartir sesiones de ejercicio con el fin de ayudar a que el perro aprenda formas para estar y sentirse más tranquilo.

Una opción es realizar ejercicios que sean de tirar y coger la pelota, y si la ha tomado con tranquilidad y sin morder, entregársela.

Pero, en caso de no hacerlo, debe esperar a que lo pida con sutileza.

Así el perro asociará su buen comportamiento a la recompensa.  

Evitar que sufra ansiedad

Cuando un perro se siente estresado o acorralado, puede generar una tendencia a atacar o morder.

Por este motivo, es importante que se identifiquen las causas del malestar. En ocasiones, un cambio de ambiente o rutina llega a ser perfecto para aliviar el estrés.

Entender que se trata de una rabia o están molestos

Si el perro se encuentra enfadado es porque ha dado una alerta constante de lo que le molesta y los adoptantes le siguen ignorando.

Sin embargo, en el caso de las rabietas puede ser parecido a los niños pequeños o jóvenes que tienen una etapa de rebeldía. 

Están enfermos

Los perros cuando se encuentran enfermos pueden manifestar su dolor mediante mordiscos y gruñidos que son su instinto de protección.

En ese sentido, es de gran importancia que se tenga cuidado con infecciones, tumores o trastornos hormonales.

Tipos de agresiones impulsadas por perros

Los perros pueden gestionar una gran variedad de agresiones, entre ellas se destacan las siguientes:

Agresión que motivada por el miedo

Este tipo de agresiones son desencadenadas en forma de defensa cuando un perro no se siente a salvo o seguro.

Es por esta razón que se deben percibir las acciones del perro, no solo por lo malo que sucede, sino por lo que puede estar sintiendo, debido a que eso determinará su manera de responder.

Agresión por posesión

Se trata de una de las agresiones más comunes y que implica defender recursos que son valiosos para ellos como, por ejemplo, su plato de comida o algún juguete.

Un claro ejemplo natural de esta agresión es la perra con sus cachorros, debido a que los defiende de cualquier peligro. 

Agresión social

Los animales, al igual que los humanos, viven en agrupaciones donde tienen relaciones o vínculos sociales.

Los perros interactúan y viven continuamente entre ellos.

De esta misma manera, los perros se ubican en roles de acuerdo al grupo, pero este puede ser alterado por comida, juguetes, territorio o atención. 

Ante esta situación, se presenta la agresión social por una falta de comunicación dentro de dicha relación.

Lo recomendable es trabajar en un entrenamiento social de estar y jugar con otros perros, con la finalidad de lograr entablar una relación sólida y estable entre las mascotas, sobre todo, si son de un mismo hogar.

Agresión por frustración 

Algunas mascotas sufren al alterarse, se asustan o se entusiasman mucho en algunas situaciones.

Esas emociones los hacen reaccionar, en algunos casos, de forma agresiva ante otro animal o persona. 

Un ejemplo que lo describe muy bien es cuando el perro está siendo tirado por la correa, y al detenerse, se gira para atacar la mano que lo mantiene atado.

Otro ejemplo es cuando el perro ladra, gruñe o ataca desde un vehículo o desde su propia jaula, debido a que busca drenar con agresión la impotencia y frustración que tenga en ese momento.

Asimismo, en este tipo de agresiones siempre la suele sufrir los adoptantes de las mascotas al intentar intervenir para que algo así no le ocurra a su perro.

Uno de las más comunes es intentar evitar peleas de dos perros de la misma familia, o con otros perros desconocidos. 

Agresión estimulada por dolor

Los perros cuando sufren algún tipo de dolor por más sociable, entrenado y amistoso que sea, puede reaccionar de forma impredecible.

Algunos pueden ladrar, gruñir, agredir y llegar directamente a morder. 

Cuando un perro esta lastimado es difícil abordarlo con éxito, incluso si la intención es premiar o cuidarlo, debido a que se desconoce cuál puede ser su manera de reaccionar.

Por eso lo recomendable es utilizar un bozal ante una situación similar, debido a que de esta manera se puede ayudar al perro y evitar sin sufrir algún tipo de agresión grave.

Agresión por instinto de depredación

Si algo debemos recordar es que los perros son animales que pueden tener un comportamiento agresivo, debido a que a la manera que actuaban antes para lograr obtener alimento.

Y este tipo de instinto o comportamiento de depredación puede ser más fuerte o frecuente en algunas razas con rasgos o comportamiento más salvaje.

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¿Mi perro es agresivo o se encuentra enfermo?

Un aspecto que debemos tener presente en todo momento, es que algunos tipos de agresividad de nuestros perros puede no ser debido a un comportamiento o actitud del mismo, sino a la presencia de alguna enfermedad. 

Por ello es importante identificar cuáles pueden ser este tipo de enfermedades que originan la llamada agresividad de “causa orgánica”.

  • Trastornos neurológicos en donde se incluyen las enfermedades de almacenamiento, tumores intracraneales, alteraciones convulsivas, hidrocefalia, lisencefalia, entre muchas otras.
  • Enfermedades infecciosas o parasitarias como el moquillo o la rabia.
  • Enfermedades que desencadenan malestar, dolor o prurito, así como la presencia de ciertos problemas dentales, alteraciones musculo esqueléticas, u otitis. 
  • Trastornos endocrinos o metabólicos tal y como el hipotiroidismo, pseudogestación, encefalopatía hepática y urémica, entre otros.

¿Qué debo hacer si mi perro es agresivo?

La agresividad de los perros es una problemática seria, debido a que esta puede iniciar con un leve e incómodo ladrido de tu mascota a su vecino o a un amigo, y pasar a ser una grave mordedura hacia un niño.

Por esa razón, que un perro sea agresivo, se considera un problema de salud pública.

Es indispensable tomar conciencia de la situación, no ignorarla, y seguir las siguientes instrucciones en caso de tener un perro agresivo:

Contactar con un experto especializado en perros agresivos:

Lo correcto es buscar ayuda de un profesional especializado al respecto, como el etólogo canino.

Él sabe cómo solventar la agresividad que presenta el perro hacia las personas u otros animales domésticos. 

El experto puede seguir las siguientes pautas:

  • Analizar a profundidad cómo es el perro y el potencial de riesgo que tiene para realizar daño a otros perros o personas. Así como también analizar si convive con niños, ancianos, discapacitados o enfermos. Y, por último, cuál es el origen del problema para determinar con claridad qué lo llevó o estimuló a ser violento. 
  • Como se explicó anteriormente, algunos casos de agresividad se pueden deber a una causa orgánica, por ello lo normal es realizar exámenes para verificar si el comportamiento modificado se debe a la presencia de una patología.
  • Una vez evaluado el riesgo y origen de la agresión, el etólogo deberá desarrollar y determinar un diagnóstico. En este se determinará cuál es el estímulo, la forma del perro si es ofensiva o defensiva y bajo qué condiciones ocurre la agresividad.
  • El tratamiento del perro agresivo será de acuerdo al diagnóstico que se obtenga. Cada tratamiento es particular para cada perro, aunque el objetivo es el mismo, disminuir o erradicar su agresividad.

Consejos generales para un perro agresivo 

Un perro agresivo siempre tendrá el riesgo de volver a comportarse de forma riesgosa.

En tal sentido siempre se deben tener alternativas para solventar o evitar dichas situaciones, como lo son:

  • Evitar poner al perro en situaciones de riesgo, debido a que de esa manera puede aprender a agredir. Se debe evitar activar la agresión del perro.
  • Brindar una alternativa para obtener lo que quiere, o alejar lo que no desea, sin necesidad de recurrir a la agresión. Por ejemplo, cuando un perro ladra por alejar a un desconocido, se puede enseñar a ubicarse detrás de nosotros para ser su barrera. Así se sentirá más cómodo con esa persona y al mismo tiempo protegido. 

Conclusión general sobre perros agresivos

Se debe establecer que cada perro agresivo o no, es totalmente diferente a otro.

Por lo tanto, se debe estudiar y analizar a cada mascota como un caso particular e intentar seguir las instrucciones e indicaciones facilitadas anteriormente.

Si algo es totalmente cierto, es que los castigos no deben utilizarse como forma de reprender.

Existen situaciones en la que un perro es agresivo motivado por el miedo, por lo que un castigo solo lo hará mucho más agresivo.

Un castigo determina la dominación sobre el perro, pero esto puede llegar a intensificar el comportamiento, llegando a ocasionar que se desarrolle un episodio grave de mordeduras.

No es correcto que estos comportamientos sean alentados. 

Los perros agresivos lo son por diversas razones, y suelen ser conductas muy complejas al tener consecuencias que pueden llegar a ser muy graves.

En ese sentido, es importante que siempre se cuente con la intervención de un especialista antes de que pueda ser demasiado tarde. 

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