Perros que no toleran niños: causas y reeducación

Hay familias en la que hay perros que no toleran niños y se plantean aumentar la familia con la llegada de un bebé.

O incluso ha llegado a casa un perro cuando ya hay niños que no los tolera.

Si tienes un perro que no tolera a los niños, es importante que aprendas a manejar esta situación de manera segura y responsable.

La coexistencia pacífica entre tu perros y los más pequeños de la casa es posible si tomas las medidas adecuadas.

En este artículo, te daremos consejos prácticos sobre cómo lidiar con esta situación y garantizar la seguridad de todos.

Primero, es crucial comprender por qué tu perro puede mostrar intolerancia hacia los niños. Puede haber varias razones, como una mala socialización en su etapa temprana o experiencias negativas en el pasado.

Entender las causas te ayudará a abordar el problema de manera más efectiva.

Además, necesitarás establecer límites claros y enseñar a tus hijos a respetar al perro.

Explica la importancia de no molestarlo cuando está comiendo o durmiendo, y enséñales a reconocer las señales de incomodidad de tu mascota.

Asimismo, considera la posibilidad de buscar la ayuda de un profesional para trabajar en la modificación de comportamiento de tu perro.

Recuerda, la seguridad es lo primero. No descuides la supervisión constante de los niños y evita situaciones donde haya riesgo de conflictos.

Con paciencia, dedicación y algunas estrategias adecuadas, podrás lograr una coexistencia segura y armoniosa entre tu perro y los niños de tu hogar.

Entender por qué algunos perros no toleran niños

Para entender por qué algunos perros no toleran niños, es importante considerar varios factores que pueden influir en su comportamiento.

Algunas razones clave son:

  • Socialización inadecuada: La socialización temprana es crucial para que los perros se sientan cómodos en diferentes situaciones y con diferentes personas, incluyendo a los niños. Si un perro no ha sido expuesto a niños de manera positiva durante su etapa de socialización temprana (generalmente entre las 3 y 14 semanas de edad), puede ser más propenso a mostrar comportamientos de miedo o ansiedad hacia ellos más tarde en la vida.
  • Experiencias negativas pasadas: Los perros que han tenido experiencias negativas con niños en el pasado, como ser acosados, asustados o lastimados, pueden desarrollar una aversión hacia los niños y reaccionar con miedo o agresión cuando están cerca de ellos.
  • Comunicación inadecuada: Los niños a menudo no comprenden la comunicación y los signos de calma de los perros, lo que puede llevar a interacciones inapropiadas. Un perro puede reaccionar negativamente si se siente acosado, atrapado o incómodo y no puede comunicar sus necesidades de manera efectiva.
  • Miedos y ansiedades: Algunos perros son naturalmente más nerviosos o ansiosos, y la presencia de niños ruidosos, enérgicos o impredecibles puede desencadenar sus miedos y ansiedades, lo que puede llevar a una reacción negativa.
  • Cambios en la rutina o entorno: Los perros son criaturas de hábito, y cambios en su rutina o entorno, como la llegada de un nuevo niño a la familia, pueden causar estrés y ansiedad en el perro, lo que podría manifestarse como agresión o intolerancia hacia los niños.
  • Instinto de presa: Algunos perros tienen un fuerte instinto de presa y pueden perseguir o reaccionar de manera agresiva hacia los niños que corren o juegan de manera enérgica.
  • Dolor o malestar físico: Un perro que está experimentando dolor o malestar debido a una enfermedad, lesión o afección médica puede reaccionar de manera negativa ante las interacciones con niños, ya que pueden ser más sensibles al contacto físico.
  • Territorialidad o posesividad: Algunos perros pueden ser territorialmente agresivos o posesivos con sus juguetes, alimentos o espacios, lo que puede desencadenar comportamientos agresivos si los niños se acercan a estas áreas o pertenencias.
  • Genética y temperamento individual: La genética juega un papel en el temperamento de un perro. Algunas razas pueden ser más propensas a la intolerancia hacia los niños, pero es importante recordar que cada perro es un individuo y su temperamento puede variar ampliamente incluso dentro de una misma raza.
  • Falta de entrenamiento y guía: Un perro que no ha recibido un entrenamiento adecuado o no ve a sus adoptantes como guías puede sentirse inseguro o asumir un rol dominante en presencia de niños, lo que puede llevar a problemas de comportamiento.

Es importante abordar cualquier problema de comportamiento con la ayuda de un profesional en comportamiento canino o entrenador de perros.

La seguridad de los niños y el bienestar del perro son de suma importancia, y se deben tomar medidas para garantizar una interacción segura y positiva entre el perro y los niños.

Esto puede incluir la socialización adecuada, el entrenamiento y la supervisión constante de las interacciones.

Señales de que un perro puede no tolerar niños

Es importante aprender a reconocer las señales que un perro puede mostrar cuando no está cómodo o no tolera la presencia de niños.

Identificar estas señales temprano puede ayudar a prevenir incidentes desagradables.

Algunas de las señales que un perro puede mostrar cuando no tolera a los niños incluyen:

  • Gruñidos o ladridos: Un perro puede gruñir o ladrar para comunicar su malestar o ansiedad cuando un niño se acerca o interactúa con él de manera inapropiada.
  • Orejas hacia atrás: Las orejas del perro pueden retraerse hacia atrás contra su cabeza como una señal de sumisión o malestar.
  • Evitar el contacto visual: Un perro que evita hacer contacto visual con los niños puede estar tratando de evitar una confrontación o señalar su incomodidad.
  • Lamerse los labios: El lamido excesivo de los labios puede ser una señal de nerviosismo o ansiedad en un perro.
  • Mostrar los dientes: Mostrar los dientes, especialmente si va acompañado de un gruñido o un ladrido, es una señal clara de que el perro se siente amenazado o incómodo.
  • Pelaje erizado: Un perro puede erizar su pelaje en la espalda o el cuello como una respuesta de estrés o agresión.
  • Agacharse o acurrucarse: Algunos perros pueden encogerse o agacharse cuando se sienten inseguros o amenazados.
  • Alejarse o retirarse: Si un perro se aleja o se retira de la situación en lugar de enfrentarla, puede ser una señal de que no está cómodo con la presencia de niños.
  • Mover la cola de manera rígida o tensa: Aunque la mayoría de las personas asocian una cola tensa con un perro agresivo, en realidad puede ser una señal de miedo o estrés.
  • Morder o mordisquear su propio cuerpo: Algunos perros muerden o mordisquean su propio cuerpo como una respuesta al estrés o la ansiedad.
  • Respiración rápida o jadeo excesivo: Una respiración rápida o jadeo excesivo puede indicar que el perro está nervioso o ansioso.
  • Posiciones corporales rígidas o tensas: Un perro que se pone rígido o tenso puede estar preparándose para reaccionar ante una situación que percibe como amenazante.

Si observas cualquiera de estas señales en un perro en presencia de niños, es importante tomar medidas para mantener la seguridad de todos.

perros que no toleran niños

Esto incluye retirar al perro de la situación si es necesario y buscar la ayuda de un profesional en comportamiento canino o entrenador de perros para abordar cualquier problema de comportamiento subyacente.

La supervisión constante de las interacciones entre el perro y los niños es esencial para prevenir accidentes.

Pasos para crear un entorno seguro y controlado para perros y niños

Crear un entorno seguro y controlado para perros y niños es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de ambas partes.

Aquí tienes algunos pasos importantes para lograrlo:

  • Educación y supervisión: Antes que nada, es importante que los adultos en el hogar comprendan el comportamiento canino y estén dispuestos a supervisar de cerca las interacciones entre el perro y los niños en todo momento.
  • Entrenamiento adecuado del perro: Asegúrate de que tu perro esté bien entrenado en comandos básicos como «sentado», «quieto», «aquí» y «deja». El entrenamiento positivo refuerza el comportamiento deseado y puede ayudar a mantener el control en situaciones con niños.
  • Socialización temprana del perro: La socialización temprana es crucial. Exponer a tu perro a una variedad de personas, incluyendo niños, durante su etapa de socialización (3-14 semanas de edad) puede ayudar a que se acostumbre a diferentes tipos de personas.
  • Respetar el espacio del perro: Asegúrate de que el perro tenga un espacio seguro y tranquilo al que pueda retirarse si se siente incómodo. Los perros deben tener acceso a su área de descanso o jaula sin ser molestados por los niños.
  • Enseñar a los niños sobre el comportamiento adecuado: Educa a los niños sobre cómo comportarse de manera apropiada alrededor de los perros. Esto incluye enseñarles a no molestar al perro mientras come o duerme, no acercarse por detrás ni tirar de sus orejas o cola, y respetar las señales de calma del perro.
  • Supervisión constante: No dejes nunca a los niños y perros sin supervisión. Incluso si ambos son amigables, pueden ocurrir accidentes. La supervisión constante garantiza que puedas intervenir si es necesario.
  • Establecer reglas y límites claros: Asegúrate de que los niños entiendan las reglas y límites en relación con el perro. Esto puede incluir no subirse al perro, no tomar sus pertenencias, y pedir permiso antes de acariciar al perro.
  • Promover interacciones positivas: Fomenta interacciones positivas entre el perro y los niños. Esto puede incluir recompensar al perro por comportamientos calmados y tranquilos alrededor de los niños.
  • Entrenamiento adicional para el perro si es necesario: Si el perro muestra comportamientos problemáticos o agresión hacia los niños, busca la ayuda de un profesional en comportamiento canino. El entrenamiento adicional puede ser necesario para abordar estos problemas.
  • Conocer las señales de estrés del perro: Aprende a reconocer las señales de estrés o incomodidad en tu perro, como gruñidos, evitación, lamido excesivo de labios, orejas hacia atrás y otros comportamientos mencionados anteriormente.
  • Planificación anticipada: Si planeas traer un nuevo perro al hogar y ya tienes niños, investiga la raza y el temperamento del perro para asegurarte de que sea adecuado para una casa con niños. Consulta con un profesional si tienes preocupaciones.
  • Consulta con un profesional: Siempre que tengas dudas sobre la interacción entre tu perro y tus hijos, busca la ayuda de un profesional en comportamiento canino o entrenador de perros. Pueden proporcionarte orientación específica y consejos para tu situación.

Crear un entorno seguro y controlado para perros y niños es un compromiso continuo que requiere educación, paciencia y supervisión constante.

La seguridad y el bienestar de ambas partes deben ser una prioridad en todo momento.

Técnicas de adiestramiento para ayudar a los perros a tolerar niños

Ayudar a los perros a tolerar niños requiere un enfoque gradual y positivo, centrándose en la socialización y el refuerzo positivo.

Es uno de los pasos más importantes por tanto, sigue algunas técnicas de adiestramiento para lograrlo que te presnto ahora.

Socialización gradual con niños

Exponer al perro a niños de manera controlada y gradual es esencial.

Comienza con niños tranquilos y supervisa de cerca las interacciones.

Aumenta gradualmente la exposición a niños más enérgicos y ruidosos a medida que el perro se sienta más cómodo.

Refuerzo positivo

Utiliza el refuerzo positivo, como golosinas, caricias y elogios, para recompensar al perro cuando se comporte de manera tranquila y amigable en presencia de niños.

Esto refuerza la asociación positiva con los niños.

Entrenamiento de obediencia

Asegúrate de que tu perro esté bien entrenado en comandos básicos como «sentado», «quieto» y «aquí».

Estos comandos pueden ayudar a mantener el control en situaciones con niños.

Desensibilización

Gradualmente, expón al perro a estímulos relacionados con los niños, como juguetes de niños, sonidos de niños jugando o grabaciones de voces de niños, para que se acostumbre a estos estímulos sin sentirse amenazado.

Establecer límites claros

Enseña a los niños a respetar los límites del perro.

Esto incluye no molestarlo mientras come o duerme, y pedir permiso antes de acariciar al perro.

Reforzar el buen comportamiento

Refuerza positivamente al perro cuando se acerca a los niños de manera tranquila y amigable.

Usa recompensas y elogios para reforzar el comportamiento deseado.

Crear asociaciones positivas

Asocia la presencia de niños con cosas positivas para el perro. Por ejemplo, puedes darle golosinas o jugar con él cuando los niños están cerca.

Fomentar el juego supervisado

Facilita el juego supervisado entre el perro y los niños, pero asegúrate de que el juego sea tranquilo y no demasiado brusco.

Esto puede ayudar a que el perro se sienta más cómodo con la presencia de niños.

Tiempo de calidad

Asegúrate de que el perro también tenga tiempo de calidad a solas contigo para evitar que se sienta abrumado por la presencia constante de los niños.

Consultar con un profesional

Si el perro muestra agresión o miedo hacia los niños, busca la ayuda de un profesional en comportamiento canino o entrenador de perros.

Pueden diseñar un plan de tratamiento específico para abordar los problemas de comportamiento.

Recuerda que el proceso de hacer que un perro tolere a los niños puede llevar tiempo y paciencia.

Cada perro es único, y algunos pueden necesitar más tiempo que otros para sentirse cómodos.

La supervisión constante y el enfoque positivo son clave para ayudar a tu perro a adaptarse de manera positiva a la presencia de niños en su vida.

perros que no toleran niños

Presentación de los perros a niños de forma positiva y controlada

La presentación de perros a niños de forma positiva y controlada es esencial para asegurar una interacción segura y positiva entre ambos.

Aquí tienes un plan paso a paso para hacerlo:

Paso 1: Preparación y Planificación

  1. Evalúa la personalidad del perro: Antes de presentar al perro a los niños, comprende la personalidad y los niveles de tolerancia de tu perro. Esto te ayudará a adaptar la presentación a las necesidades específicas de tu mascota.
  2. Enseña a los niños sobre los perros: Educa a los niños sobre cómo comportarse alrededor de los perros. Explícales la importancia de ser respetuosos, tranquilos y suaves al interactuar con el perro.
  3. Prepara a tu perro: Asegúrate de que el perro esté bien entrenado en comandos básicos como «sentado» y «quieto». Esto te dará un mayor control en situaciones con niños.
  4. Selecciona un lugar tranquilo: Escoge un lugar tranquilo y cómodo para la presentación, lejos de ruidos fuertes o distracciones.

Paso 2: Presentación Gradual

  1. Primera presentación visual: Comienza con una presentación visual. Los niños pueden observar al perro desde una distancia segura sin interactuar físicamente con él.
  2. Recompensas positivas: Cuando el perro se comporte de manera tranquila y relajada ante la presencia de los niños, recompénsalo con golosinas y elogios.
  3. Interacciones controladas: Después de varias presentaciones visuales exitosas, permite que los niños se acerquen lentamente al perro bajo tu supervisión. Pueden ofrecer golosinas y hablar en tonos suaves.

Paso 3: Interacciones Físicas Supervisadas

  1. Toque suave: Enséñales a los niños a acariciar al perro suavemente en áreas que el perro tolere, como el lomo o la cabeza. Evita áreas sensibles como las orejas o la cola.
  2. Evita movimientos bruscos: Insiste en que los niños eviten movimientos bruscos o repentinos que puedan asustar al perro.
  3. Tiempo limitado: Limita el tiempo de interacción al principio y aumenta gradualmente a medida que tanto el perro como los niños se sientan cómodos.

Paso 4: Supervisión Continua

  1. Supervisa de cerca: Nunca dejes a los niños y al perro solos sin supervisión. Mantén la interacción bajo control en todo momento.
  2. Observa las señales del perro: Presta atención a las señales de estrés o incomodidad del perro, como gruñidos, orejas hacia atrás o lamido excesivo de labios. Si el perro muestra signos de incomodidad, retira a los niños de inmediato.

Paso 5: Reforzamiento Positivo

  1. Recompensas constantes: Continúa recompensando al perro con golosinas y elogios por su buen comportamiento durante las interacciones con los niños.
  2. Gradualidad y paciencia: Recuerda que la tolerancia del perro hacia los niños puede llevar tiempo en desarrollarse. Sé paciente y progresa gradualmente según la comodidad de todos.

Paso 6: Repetición y Consistencia

  1. Practica regularmente: Realiza sesiones de presentación y entrenamiento de forma regular para que el perro se acostumbre a la presencia de niños.
  2. Mantén la consistencia: Asegúrate de que todos los miembros de la familia y los visitantes sigan las mismas reglas y pautas para la interacción con el perro y los niños.

Recuerda que cada perro es diferente, y algunos pueden necesitar más tiempo que otros para adaptarse a los niños. La seguridad y el bienestar de ambos, el perro y los niños, deben ser la principal prioridad en todo momento.

Conclusión

En conclusión, la convivencia segura y armoniosa entre perros y niños requiere una combinación de educación, supervisión y paciencia.

Los perros y los niños pueden formar relaciones hermosas y duraderas, pero es esencial comprender las necesidades y límites de ambos para mantener un ambiente seguro y feliz.

La socialización temprana, el refuerzo positivo, el entrenamiento adecuado y la supervisión constante son elementos clave para garantizar que las interacciones entre perros y niños sean positivas.

También es importante educar a los niños sobre cómo interactuar con los perros de manera respetuosa y segura.

Recuerda que cada perro es único y puede tener diferentes niveles de tolerancia hacia los niños.

La observación cuidadosa del lenguaje corporal del perro y la intervención cuando sea necesario son fundamentales para prevenir accidentes.

Mantener un entorno seguro y controlado para perros y niños requiere compromiso y atención continua por parte de los adultos en el hogar.

Con una planificación adecuada y el respeto mutuo entre las dos especies, es posible crear un ambiente en el que perros y niños puedan disfrutar de una convivencia positiva y enriquecedora.

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